Islam y Coran
Orando con los zapatos puestos.

Orando con los zapatos puestos.

¿El Profeta Muhammad realizó alguna oración con los zapatos puestos?
El profeta Muhammad( p.b.s.c.e) a veces realizaba las oraciones con los zapatos puestos. La base de la mezquita no estaba cubierta con alfombras en ese momento, pero era de piedra y tierra. Por lo tanto, no es necesario quitarse los zapatos mientras realiza las oraciones en el suelo. Si los zapatos tienen suciedad, debe quitarse antes de la oración. Las siguientes narraciones son evidencia de esto:
Narrado por Abu Maslamah: Le pregunté a Anas ibn Malik: «¿El mensajero realizó alguna oración mientras se ponía los zapatos?» Anas dijo «Sí». (Bukhari, Oraciones, 24; Tirmidhi, Oraciones, 181)
Tirmidhi escribió después de esta narración: «Los eruditos practican con este hadiz».
Abdullah ibn Masud dijo: Ciertamente hemos visto al mensajero realizar oraciones con sus zapatos puestos. (Abu Dawud, Oraciones, 88; Ibn Majah, Performing Prayers, 66)
Abu Said al-Hudri dijo: El mensajero se quitó los zapatos y los puso a un lado antes de realizar una oración con sus amigos. Los que vieron esto también se quitaron los zapatos. Cuando el mensajero terminó la oración, preguntó: «¿Por qué te quitaste los zapatos?». Dijeron: «Nos los quitamos porque tú lo hiciste». El mensajero dijo «Gabriel me informó que había suciedad en mis zapatos». Continuó. «Cuando entres en una mezquita, revisa tus zapatos y límpialos si hay suciedad. Luego realice las oraciones con los zapatos puestos «. (Abu Dawud, Oraciones, 88)
Shaddad ibn Aws narró de su padre: El mensajero dijo «Haz oposición a los judíos». No realizan las oraciones con sus zapatos puestos. Tú lo haces. «(Abu Dawud, Oraciones, 88)
Las declaraciones como «Hazlo así» o «Realiza las oraciones con los zapatos puestos» no representan una orden, sino libertad. Los eruditos declararon que uno puede realizar las oraciones con los zapatos puestos mientras estén limpios. Uno también puede realizar las oraciones descalzo. Es opcional También se puede entender a partir de muchas otras narraciones en las que el mensajero rezó descalzo o con los zapatos puestos. (Ver: Abu Dawud, Oraciones, 88)

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