Islam y Coran
Lugares de adoración

Lugares de adoración

¿Se puede construir una mezquita y una iglesia, todo en uno? Así los viernes podría ser utilizado para la oración del viernes, mientras que los domingos que podría ser utilizado para la misa dominical. ¿Hay alguna decisión clara acerca de esto?

El Corán no define un cierto lugar para oración, pero exige que los musulmanes hagan mezquitas en ciertos lugares para satisfacer las necesidades sociales. Legalmente, en todas partes de la tierra es libre para orar siempre y cuando el lugar esté lo suficientemente limpio. No hay ningún problema para los musulmanes a rezar en una iglesia, siempre y cuando sus autoridades lo permiten. Pero no sería el camino ideal del Mensajero. debería ser mejor encontrar una mezquita, o convertir un lugar a una mezquita si hace falta. Nombrar un lugar como una mezquita o una iglesia es un asunto de la administración pública. Los musulmanes no tienen que preocuparse por el estado oficial del edificio en el que están orando. Ahora, vamos a considerar el tema desde el lado de los Cristianos. Si un grupo de cristianos nos pide rezar en una mezquita, no podemos prohibirlos. Pero tenemos derecho a pedirles que no hagan sus oraciones molestando a las oraciones regulares de los musulmanes. Pueden elegir entre los tiempos libres. Los recursos históricos indican que el Profeta dio permiso a un grupo de cristianos de Najran para orar en la mezquita de Medina. [1] [2] También hay algunas sectas como el Cristianismo Siríaco que siguen el estilo auténtico de la oración que implica inclinarse y postrarse como los musulmanes. Si piden así,  tampoco hay razón para evitar que oren, incluso en la misma línea con los musulmanes. Sabemos de Corán que los Musulmanes y los Judios estaban orando en el mismo lugar juntos en Medina (con Orientación Mizrahi). hasta que se revelaron los versículos que ordeanan el cambio de Alquibla. [3] [1] Muhammad Hamidullah, Profeta del Islam, edición turca, vol.I, p.619-620.

[2] Ibn Hisham, As-Sirah an-Nabawiyyah, Beirut, p.573-574.

[3] Ver: Corán, 2: 143.

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